martes, 1 de diciembre de 2015

FRENEMOS EL CAMBIO CLIMÁTICO

Cumbre del Clima de París 2015 (COP21).
Aprovechamos desde aquí para hacer un manifiesto a todas aquellas personas que nos lean, gritando a todos los vientos la necesidad de hacer algo (incluida la parte individual que nos toca) por frenar el cambio climático. Si no reducimos rápida y drásticamente las emisiones de gases efecto invernadero en todo el mundo los impactos del cambio climático serán realmente graves. Las emisiones de este tipo de gases han aumentado mucho desde la época preindustrial por el modelo energético global basado en la quema de combustibles fósiles. 

Los impactos del cambio climático ya son perceptibles, y quedan puestos en evidencia por datos como: 
  • El aumento de la temperatura global de 0,85 ºC, el mayor de la historia de la humanidad. 
  • La subida del nivel del mar. 
  • El progresivo deshielo de las masas glaciares, como el Ártico. 

Pero hoy también podemos ver los impactos económicos y sociales, que serán cada vez más graves, como: 
  • Daños en las cosechas y en la producción alimentaria. 
  • Las sequías. 
  • Los riesgos en la salud. 
  • Los fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas y huracanes. 

Y es que el 97% de los científicos está de acuerdo en que el cambio climático está sucediendo ya, y que está generado por los gases de efecto invernadero emitidos por el ser humano. ¿Y cuál es el mayor responsable del conjunto de esas emisiones nocivas? El sector energético, debido a su uso de energías sucias (petróleo, carbón y gas). Unas 90 empresas son responsables de casi las dos terceras partes de las emisiones mundiales. Los científicos marcan el aumento de 2 ºC de temperatura como el umbral que no debemos alcanzar si no queremos vivir los peores impactos del cambio climático. Sin embargo, en los peores escenarios probables que ellos mismos reflejan, el aumento de temperatura podría llegar a los 4,8 ºC para final siglo. Además, las inversiones para la adaptación al aumento de la temperatura serán mucho más elevadas cuanto más tardemos en actuar. Según el Banco Mundial, las pérdidas por los desastres naturales alcanzan los 3,8 billones de dólares desde 1980. España está entre los países que más incumple el Protocolo de Kioto, lo que nos ha llevado a gastar unos 800 millones de euros en la compra de derechos de emisión. Por si eso fuera poco, la última reforma del sector eléctrico frena las energías renovables, penaliza el autoconsumo energético, y fomenta energías sucias, como la extracción de petróleo y el fracking (un sistema altamente contaminante que permite extraer gas o petróleo fracturando el subsuelo). Es curioso este análisis puesto que está demostrado que nuestro país tiene suficientes recursos renovables como para cubrir todas sus necesidades energéticas (informe Renovables 2050), que es técnica y económicamente viable transformar el sistema eléctrico para usar exclusivamente energías limpias (informe Renovables 100%), y que además es posible hacerlo en todos los sectores para 2050 (informe Energía 3.0). Para ello hay que seguir luchando para que el Gobierno adopte este objetivo como suyo. Es por ello que tenemos la responsabilidad de exigir a todos los gobiernos que asuman políticas climáticas y energéticas que nos mantengan lejos del aumento de la temperatura de 2ºC. Debemos exigir a las grandes empresas emisoras de gases de efecto invernadero responsabilidad. Y debemos exigir a los gobiernos que aprueben un marco jurídico para que los inversores desarrollen energías renovables con seguridad, que acabe con las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050 y que regule el lobby de las empresas causantes del cambio climático. Sobre todo, que no sean estas las que deciden las políticas climáticas y energéticas. Puesto que la solución está en una revolución energética (un cambio en el modelo energético) que transforme el sistema hacia las energías renovables, la eficiencia energética y la inteligencia. El desarrollo de estas energías será una fuente de empleo y reducirá los costes de la electricidad.
Ayer se reunieron en París los líderes políticos mundiales, incluido Mariano Rajoy, para inaugurar la COP21. Cada uno de ellos expuso sus respuestas al cambio climático. Por otro lado, desde diferentes asociaciones a lo largo del fin de semana sucedieron unos 2300 eventos y marchas multitudinarias reivindicativas (véase Madrid donde acudieron más de 20000 personas) para pedir a los líderes del G-7 y a los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que hagan más para cambiar su modelo energético a un sistema de energías 100% renovables para el año 2050. Las palabras de los líderes en la COP deben ir acompañadas de medidas reales en cada uno de sus países para que se limite el incremento de temperaturas a 1,5 ºC o menos, ya que de ello depende la supervivencia de millones de personas. Los países miembros del G7 y los BRICS, responsables de alrededor el 65% de las emisiones globales de CO2, tienen un enorme potencial para la implantación de energías renovables. Y sin embargo, ninguno de estos países está aprovechando al máximo este potencial, lo cual va en detrimento de sus economías y del clima mundial. Si bien todos los países del G-7 han visto descender sus emisiones de CO2 y han comenzado a abandonar el carbón, esta transición ha sido irregular. Incluso en Alemania, que ha mostrado la voluntad política para pasar a las energías renovables, esta transición no está sucediendo lo suficientemente rápido y todavía no hay un acuerdo político para eliminar el carbón. “El caso de España, es especialmente escandaloso, pues somos el único país de Europa que hemos aumentado el uso del carbón y las políticas del Gobierno son claramente contrarias a frenar el cambio climático”, declaró una responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace Entre los países BRICS, China está cambiando, rompiendo el vínculo entre el crecimiento económico y el crecimiento de las emisiones y dándole la espalda al carbón. Su inversión en energías renovables es enorme y desde Copenhague, China ha pasado de ser un país prácticamente sin eólica y solar, a pasar a ser el líder mundial en energías renovables. “El cambio está soplando a través del sector de la energía. Hemos visto lo rápido que se mueven las cosas cuando existe voluntad política. Esta cumbre debe acelerar este cambio y marcar el comienzo del fin de la era del carbón, el petróleo y el gas. Debe ser el trampolín para una nueva era energética, basada al 100% en energías renovables”, declaró el director de Política Climática Internacional de Greenpeace. El éxito de la cumbre del clima de París depende en gran medida de un pequeño número de líderes que son clave. Ellos tienen en sus manos la responsabilidad del clima del mundo. El presidente Obama y el presidente Xi Jinping ya han demostrado que están dispuestos a asumir un papel de liderazgo en materia de cambio climático. Debemos pedirles a ambos líderes que aumenten su ambición y utilicen su influencia para llevar a otros países a bordo. Por otro lado la India, está enviando mensajes contradictorios. El país en sí es altamente vulnerable al cambio climático y se espera que el primer ministro Narendra Modi lance una iniciativa solar que podría ser un hito clave para la transformación de la energía de la India. Sin embargo, la India no ha dado su apoyo a los objetivos de descarbonización globales apoyados por el Foro de Vulnerabilidad Climática (CVF) y está planeando una gran expansión de la electricidad con carbón para los próximos 15 años, lo cual podría resultar contradictorio. En definitiva, ante el comienzo de la 21 cumbre del clima de París, la ciudadanía ha querido mostrar a los Gobiernos de todo el mundo la necesidad de alcanzar un acuerdo justo, ambicioso y vinculante que evite las peores consecuencias del cambio climático y acelere la transición hacia un modelo energético 100 % renovable en 2050. Organizaciones y ciudadanía coinciden en que la lucha contra el cambio climático será también la lucha contra la desigualdad y la pobreza, a favor del empleo digno y la defensa de los derechos humanos y la paz.

3 comentarios:

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  3. Me parece bien porque es mejor para todos y la energía renovable es mejor que la no renovable porque no haría falta destruir el medio ambiente para conseguir esta ( la energía ) ( Yohel )

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